
La edición 2025 de la World Series of Poker será recordada por muchas razones, pero ninguna más enredada que la carrera por el codiciado título de Player of the Year (POY). Lo que comenzó como un dominio abrumador de Benny Glaser —con tres brazaletes ganados en tiempo récord— terminó en una insólita remontada de Shaun Deeb
, marcada por errores en la tabla de puntajes, consejos que salieron mal, y hasta una llamada etílica a las dos de la mañana.
“Después de dos segundos puestos y ver a Benny ganar tres títulos, me resigné”, confesó Deeb desde su casa en Nueva York. Pero Glaser comenzó a tropezar, burbujeando eventos de alto buy-in, mientras Deeb encendía motores: un triunfo en el PLO de $100K por casi $3 millones y otro segundo lugar lo devolvieron a la pelea.
Entonces comenzaron los problemas. La tabla del POY no se actualizaba correctamente, y el propio Deeb creía tener una ventaja mayor de la que realmente tenía. WSOP admitió que los resultados online y presenciales no estaban sincronizados, y que no había nadie asignado formalmente al control del ranking.

Deeb cuenta con casi 17 millones de dólares en ganancias en torneos en vivo, según HendonMob. (WSOP.com)
Con la carrera ajustándose, Martin Kabrhel apareció como outsider. Sin jugar mucho volumen, encadenó una serie de resultados top que lo acercaron peligrosamente. Mientras tanto, Michael Mizrachi —recién coronado campeón del Main Event— contemplaba meterse en un torneo paralelo para pelear el POY, algo que incluso Deeb calificó como “loco”.
En el clímax de la historia, Kabrhel llamó a Deeb en plena madrugada, apostando que estaba por delante en puntos. Deeb, ebrio pero desconfiado, recalculó manualmente todas las cifras y descubrió errores que lo tranquilizaron: seguía al frente. A eso se sumó una confusión que involucró a Glaser y el porcentaje de cobros por vuelo en un evento, que, según Deeb, fue la diferencia clave.

El polémico Martin Kabrhel apostó en contra de Deeb. (WSOP.com)
“El sistema de puntos tiene fallos —especialmente en los cobros bajos— y eso debería revisarse”, señaló. Aun así, su enfoque fue siempre agresivo: “No pensaba en POY, quería ganar brazaletes”.
Deeb no solo ganó la carrera más desordenada por el POY, sino que expuso las grietas de un sistema que necesita urgente actualización. En una serie donde el caos reinó, su temple y experiencia terminaron marcando la diferencia.
Fuente: poker.org