
“Es un poco complejo, porque vos competís contra miles de personas. Entonces hay que ver cómo uno clasifica y cómo define los puestos, ¿no?”. Con esa mirada serena, Damián Salas analizó su eliminación en el Día 5 del Main Event de la WSOP 2025, donde terminó en el puesto 463º entre 9.735 inscriptos y se llevó un premio de US$35.000.
“Si lo miro desde una perspectiva amplia, un puesto de 400 y pico entre 10.000 es un éxito”, reflexionó el argentino, campeón del mundo en 2020, en declaraciones exclusivas al medio durante una entrevista publicada por CodigoPoker.

Damián Salas en la WSOP 2025.
“También hay que valorar otros puestos”
Salas se tomó el tiempo para hablar con claridad sobre lo que significa competir en el torneo más grande del mundo, donde los márgenes son mínimos y el camino es largo. “No hay que irse muchas veces de mambo ni perder la perspectiva de que estás compitiendo contra miles de personas”.
Lejos de quedarse con la amargura de no alcanzar la mesa final, valoró el rendimiento y la constancia que lo llevaron tan lejos. “Otros puestos también hay que tratar de valorar. Claramente no son el primero, el segundo o el tercero, que son para momentos donde vos estás volando, fluyendo en una versión increíble tuya, y además se alinean los planetas para darte una manito”.
Su lectura rompe con la obsesión de los resultados absolutos y se enfoca en una visión más saludable y madura del poker, donde la constancia, el aprendizaje y la competencia en sí misma también tienen un valor enorme. “A veces uno tiene que aceptar que no siempre se puede ganar, y que estar entre los mejores ya es un logro tremendo”, agregó.
Preparado para cuando vuelva el viento de espalda
Más allá del resultado, Salas dejó en claro cuál es su filosofía de competencia: mantenerse listo para cuando todo encaje. “Yo creo mucho en eso, y lo que voy a hacer siempre es tratar de estar competitivo, haciendo bien las cosas, para dejarme llevar cuando venga el viento de espalda”.
Ese “viento de espalda” al que hace referencia es el empujón necesario que muchas veces separa una buena actuación de una histórica. Pero para eso, primero hay que resistir, mantenerse enfocado y trabajar con disciplina. “Al final, eso es lo que te lleva lejos, ¿no?”, cerró el argentino, fiel a su estilo.
Damián Salas no alcanzó otra mesa final en la WSOP, pero volvió a dar una clase: no de poker, sino de actitud.