
¿Cuáles han sido las mejores mesas finales del Main Event en los últimos 40 años? No se trata solo de millones en premios, sino de legado, narrativa y evolución. Algunas definiciones marcan campeones. Otras marcan generaciones.
Desde la elegancia del poker clásico hasta el boom online y la explosividad del juego moderno, hay tres mesas que definieron la historia: las de 1988, 2003 y 2010.

La mesa final del Main Event de 1988 dejó momentos épicos.
1988: Chan vs. Seidel, la final inmortal
En una mesa cargada de historia y talento, Johnny Chan consiguió su segundo título consecutivo en el Main Event. Su rival en el heads-up fue nada menos que Erik Seidel
, quien caería en una mano inmortalizada en la película Rounders y que más tarde se convertiría en uno de los mayores ganadores de todos los tiempos.
La mesa reunió a varios futuros íconos: Jim Bechtel ganaría el Main Event en 1993, T.J. Cloutier
sería uno de los finalistas más respetados de la historia, y Bob Ciaffone
se convertiría en referencia técnica para toda una generación.
Y entre ellos, Humberto Brenes , quien un año después haría historia al convertirse en el primer latinoamericano en ganar un brazalete de la WSOP (1989). Esta mesa fue el último gran suspiro del poker pre-boom: puro, intuitivo y sin artificios.
Finalistas
1º Johnny Chan – US$700.000
2º Erik Seidel – US$280.000
3º Ron Graham – US$140.000
4º Humberto Brenes – US$77.000
5º T.J. Cloutier – US$63.000
6º Jim Bechtel – US$49.000
7º Quinton Nixon – US$42.000
8º Mike Cox – US$28.000
9º Jesse Alto – US$21.000

Chris Moneymaker ganando el main event de la WSOP en 2003, una historia de película.
2003: Moneymaker, el hombre que lo cambió todo
Cuando Chris Moneymaker se sentó en la mesa final del Main Event, nadie imaginaba que iba a desencadenar una revolución. Clasificado online por US$39, eliminó a Pros como Phil Ivey
y Sam Farha
en un heads-up ya legendario.
El torneo combinó talento técnico y storytelling perfecto. Estaban nombres fuertes como Dan Harrington , campeón de 1995, y Amir Vahedi
, carismático y agresivo. Pero el foco fue otro: el poker dejó de ser exclusivo.
Con Moneymaker nació la fantasía global de que cualquier jugador amateur podía llegar a lo más alto, y con eso se encendió el boom del poker online y la era de los satélites.
Finalistas
1º Chris Moneymaker – US$2.500.000
2º Sam Farha – US$1.300.000
3º Dan Harrington – US$650.000
4º Jason Lester – US$440.000
5º Tomer Benvenisti – US$320.000
6º Amir Vahedi – US$250.000
7º Young Pak – US$200.000
8º David Grey – US$160.000
9º David Singer – US$120.000

La mesa final del main event del 2010 marcó un cambio de era.
2010: técnica, agresión y la era solver
El Main Event de 2010 reflejó a la perfección lo que ya era el poker moderno: masivo, agresivo, calculado. Jonathan Duhamel se convirtió en el primer canadiense en ganar el título, pero lo hizo en una mesa llena de talento, riesgo y estrategia.
El duelo a tres bandas entre Duhamel, John Racener y Joseph Cheong
fue memorable. Cheong protagonizó uno de los movimientos más recordados al ir all-in con A7 offsuit en un 6-bet shove contra las damas de Duhamel.
Y en esa mesa también estaba Michael “The Grinder” Mizrachi , quien ya había ganado el $50K Poker Players Championship ese mismo verano. Fue la primera mesa final dominada por jugadores formados con herramientas y simuladores. Una antesala de lo que hoy es el metajuego solver.
Finalistas
1º Jonathan Duhamel – US$8.944.310
2º John Racener – US$5.545.855
3º Joseph Cheong – US$4.130.049
4º Filippo Candio – US$3.092.545
5º Michael Mizrachi – US$2.332.992
6º John Dolan – US$1.772.959
7º Jason Senti – US$1.356.720
8º Matthew Jarvis – US$1.045.743
9º Soi Nguyen – US$811.823
Tres eras, tres historias, un mismo legado
El 88 marcó la cumbre del poker clásico, con un duelo que condensó la esencia de la lectura, la paciencia y la intuición.
En 2003 se desató el boom global, llevando el juego de las mesas privadas y los casinos a millones de pantallas y corazones en todo el mundo.
Y en 2010 se consolidó la técnica moderna, con una final que mostró cómo la agresión medida, el análisis profundo y la preparación meticulosa podían definir un campeón.
Cada una de estas mesas finales no solo coronó a un ganador: reescribió el rumbo del poker. Nos dejaron frases que todavía se repiten, manos que se estudian y momentos que alimentan la pasión de cada nueva generación de jugadores.
Porque en este juego no todo se mide en cifras. Hay finales que trascienden el dinero y los títulos; batallas que se convierten en leyendas y cuyo valor simbólico puede superar al de mil brazaletes.