
Doyle Brunson, Amarillo Slim y Puggy Pearson definiendo la WSOP de 1972.
El poker moderno se cimienta sobre historias que combinan estrategia, personalidad y momentos que marcaron un antes y un después. En 1972, la World Series of Poker (WSOP) vivió uno de esos episodios que parecen sacados de una película: un acuerdo entre bastidores que puso en duda la credibilidad del campeonato, pero terminó siendo el punto de partida para llevar el poker al ojo del mundo.
Hasta ese momento, la WSOP era un evento casi íntimo en el Horseshoe Casino de Las Vegas, con pocos jugadores y sin mayor atención mediática. Ese año apenas ocho de los doce inscritos se presentaron a jugar, mientras que muchos preferían las mesas de cash en paralelo. Para darle más seriedad, Benny Binion duplicó la entrada a US$10.000 y logró atraer cámaras y periodistas por primera vez. Lo que nadie imaginaba era que esa edición no se recordaría por las manos jugadas en la mesa, sino por lo ocurrido fuera de ella: un acuerdo secreto que cambiaría la historia del poker para siempre.

Amarillo Slim, campeón de las WSOP 1972 y gran divulgador del poker.
El pacto en la sombra
El Main Event de ese año fue un torneo pequeño: apenas ocho jugadores, con nombres que luego serían leyendas como Doyle Brunson , Puggy Pearson
, Johnny Moss
y Amarillo Slim Preston
.
El problema fue que no todos estaban cómodos con los reflectores. Brunson, que todavía vivía de los grandes juegos clandestinos, temía atraer auditorías fiscales y perder acceso a partidas privadas si era reconocido como campeón mundial. Pearson compartía esas dudas, mientras que Slim era todo lo contrario: carismático, mediático y dispuesto a usar el título para convertirse en una estrella. En un cuarto privado se cerró un pacto: Brunson y Pearson se retirarían de la contienda real, dejando que Slim ganara a cambio de una compensación económica equivalente al valor de sus fichas.
La renuncia de Doyle y el triunfo mediático de Slim
Con ese acuerdo en marcha, Slim comenzó a recibir jugadas favorables de sus rivales, pero exageró tanto ante la prensa que Brunson decidió detener la farsa. Primero lo derrotó en una mano para cortar su “show” y luego, tras una reunión con Binion, optó por abandonar el torneo con la excusa de un dolor de estómago. La retirada le permitió cobrar sus fichas, aunque renunció conscientemente a la gloria de ser campeón. Era la primera vez que alguien daba un paso al costado en la WSOP para proteger su futuro personal.
La definición quedó entonces entre Slim y Pearson. El guion estaba escrito: la organización necesitaba un campeón que pudiera hablar con la prensa, sonreír ante las cámaras y representar a la serie más allá de las mesas. Pearson no tenía ese perfil, mientras que Slim lo encarnaba a la perfección. En la mano final, su KJ conectó un full house que dejó sin opciones al par de seises de Pearson. La historia oficial decía que Amarillo Slim era el nuevo campeón mundial, aunque todos los presentes sabían que detrás de ese triunfo había mucho más que cartas.
El legado del acuerdo secreto en el poker
Lo que en principio parecía un pacto oscuro terminó siendo la chispa que encendió la expansión del poker. Slim, convertido en campeón, fue invitado diez veces al Tonight Show con Johnny Carson, apareció en programas de CBS y hasta en la película California Split. Esa exposición mediática llevó a que en 1973 la WSOP tuviera cobertura televisiva y más de siete mil artículos en prensa estadounidense. Fue el comienzo del poker como espectáculo global.
La edición de 1972 es la única en la historia en la que no se entregó brazalete, una señal del bochorno que significó para Jack Binion. Pero al mismo tiempo, abrió el camino para que jugadores como Brunson o Pearson encontraran su redención en años siguientes, mientras Slim quedaba inmortalizado como el hombre que puso al poker en la pantalla grande. El acuerdo secreto de 1972 sigue siendo polémico, pero también demuestra que en el poker las verdaderas partidas se juegan tanto dentro como fuera de la mesa.