
El exfutbolista John Arne Riise , leyenda del Liverpool y campeón de la Champions League en 2005, encontró en el poker una nueva pasión tras su retiro. Hoy, como embajador del Sigma Poker Tour, asegura que gran parte de lo aprendido en el fútbol es totalmente aplicable al mundo de las cartas.
En conversación con Ivonne Montealegre , organizadora y referente de la industria, Riise explicó cómo la disciplina, la mentalidad bajo presión y la capacidad de sacrificio que marcaron su vida como atleta de élite ahora se han convertido en herramientas para progresar en el poker. “La disciplina es mi mayor arma y no cambia aunque el escenario sea distinto.”

John Arne Riise compartió con Ivonne Montealegre en el Sigma Poker Tour Podcast
“La disciplina y la fortaleza mental son lo mismo en fútbol y en poker”
Riise recuerda que su relación con el poker comenzó en los viajes con sus compañeros de equipo: “Siempre me gustó. Jugábamos en los autobuses, en los hoteles, era nuestra forma de desconectarnos. Después de retirarme, pensé: ¿por qué no tomármelo en serio? El poker me da viaje, adrenalina y conexión con la gente. Eso me atrapó.” El exfutbolista reconoce que el poker le devolvió la emoción de la competencia en un nuevo formato.
Para él, las similitudes con su carrera futbolística son evidentes. “La disciplina y el trabajo duro. En el fútbol entrenaba todos los días, descansaba, cuidaba mi cuerpo. Ahora estudio poker, reviso manos y trato de aprender de los mejores. No hay diferencia: si quieres ser bueno, trabajas duro.” Con esa mentalidad de entrenamiento constante, Riise busca avanzar paso a paso también en el tapete verde.
La fortaleza mental también juega un papel central en su transición. “En el fútbol jugaba con 50 mil personas mirando y sabía que un error podía costarme el puesto. Esa presión me enseñó a controlar mis emociones. En el poker es igual: debes mantener la calma aunque todo esté en tu contra.” El control emocional, según él, es la línea que separa a los buenos jugadores de los que se dejan llevar por la frustración.
“La paciencia es mi mayor desafío”
Aunque ha sabido trasladar buena parte de sus habilidades del césped a las mesas, Riise admite que todavía tiene un gran reto: la paciencia. “En el fútbol la acción era inmediata: corrías, tocabas el balón, todo pasaba en segundos. En el poker es sentarte por horas, esperar la mano correcta y no cometer errores tontos. Es algo en lo que trabajo cada día.” Aceptar la lentitud del poker ha sido para él un proceso tan exigente como entrenar la resistencia en su carrera deportiva.
Su gran sueño es seguir viajando y competir en los torneos más importantes del mundo. “Quiero jugar más torneos, viajar, aprender en cada mesa. Mi sueño es estar en Las Vegas, en el Main Event, sintiendo la misma emoción que sentí cuando jugué la final de Champions League.” El paralelismo entre su sueño futbolístico y su meta en el poker muestra cómo mantiene intacta su hambre de competencia.
El exfutbolista también reconoce que su fama genera una dinámica particular en las mesas. “Es un arma de doble filo. Muchos me reconocen y quieren jugar manos contra mí solo para decir que ganaron a un exfutbolista. Eso hace que me enfrenten más agresivamente, y a veces me hace pensar demasiado. Me gustaría ser anónimo en la mesa.” La notoriedad que lo impulsó en el deporte hoy se convierte en un reto inesperado en el poker.
“El poker es conexión, como el fútbol”
Más allá de lo competitivo, Riise ve en el poker un espacio de conexión humana. “El poker no es solo dinero o estrategia. Es conexión. En el fútbol aprendí lo que significa dar alegría a la gente, y en el poker pasa lo mismo cuando compartes la mesa, conoces personas de todas partes y sientes camaradería.” Para Riise, la esencia de ambos mundos es generar vínculos que trascienden el resultado.
Esa visión la conecta con su filosofía de vida. “No veo el fútbol como un sacrificio, lo vi siempre como una elección. Esa misma mentalidad la llevo ahora al poker: elijo dedicarme, elijo aprender, y eso me motiva cada día.” El compromiso voluntario es, según él, la base de cualquier carrera exitosa.
Consciente de que todavía tiene mucho camino por recorrer, Riise no duda de cuál es su mayor fortaleza: “La disciplina es mi mayor arma. Me ayudó a cumplir mi sueño en el fútbol y ahora me guía para conquistar metas en el poker.” En esa palabra resume su pasado, su presente y sus ambiciones futuras.