[ccpw id=»965849″]

Inicio >  Coaching  > El miedo como aliado en la mesa: escúchalo, pero no le entregues tus fichas

El miedo como aliado en la mesa: escúchalo, pero no le entregues tus fichas

Todos conocemos esa sensación, nos pasa en cualquier ámbito de nuestras vidas, por más que intentemos ocultarlo, siempre está. En el poker, puede aparecer cuando estás por hacer un bluff, pagar una apuesta grande o entrar a un torneo de alto buy-in. La mano tiembla un poco, la mente se acelera, y ahí aparece: el miedo.

Muchas personas creen que para rendir al máximo hay que eliminarlo, sacarlo de nuestras vidas. Pero, aunque tiene muy mala prensa, el miedo constituye en sí mismo un mecanismo de supervivencia que nos lleva a responder con rapidez y eficacia frente a un peligro o una situación adversa.

El miedo no es el problema: es el indicador del problema

El miedo es el producto de una comparación entre dos interpretaciones:

  • A) Interpretación de recursos
  • B) Interpretación de amenaza

La emoción del miedo es un indicador acerca de cómo comparas tu percepción de los recursos que tú tienes con eso que identificas como amenaza. Tiene una función biológica: cuidarte. Te puede proteger de situaciones de riesgo físico o emocional. No hay miedo injustificado. Pero… ¿Cómo hacer que ese miedo te juegue a favor, es decir que te proteja en lugar de paralizarte, de volverte predecible y vulnerable ante tus rivales?

¿Cómo hacer que el miedo se vuelva tu aliado?

Acá te propongo cinco pasos concretos para que el miedo se vuelva tu aliado

Nómbralo

Es empezar a sacarlo de la sombra. Lo vuelve más concreto y por lo tanto, más manejable. Lo que no se nombra, nos controla. Lo que se nombra, se transforma.

Escucha el mensaje, no la orden

El miedo suele ser un mensajero disfrazado de amenaza, la clave es no obedecerlo ciegamente. En cambio, puedes preguntarte qué te está queriendo decir, qué información valiosa te puede dar.

Distingue entre lo real y lo imaginado

Cuando diferencias entre lo que realmente está ocurriendo y lo que estás creyendo que puede pasar, recuperas claridad, el miedo se vuelve menos amenazante y mucho más manejable, no desaparece, pero deja de tener el control.

Refuerza tus recursos

Como habíamos dicho, el miedo surge del modo en que interpretas la amenaza y de cuánto crees que tienes para enfrentarla. Acá te propongo lo siguiente, haz un inventario de tus recursos:

  • ¿Qué herramientas tienes hoy?
  • ¿Qué te funcionó en el pasado?
  • ¿A quién que haya pasado por una situación similar le puedes consultar?

A medida que encuentres más recursos, la amenaza no te resultará tan inquietante y tu miedo se reducirá.

Avanza con miedo, no contra él: no se trata de eliminar el miedo para actuar, sino de moverte con él a su lado. Esperar a sentirte completamente seguro es una excusa perfecta para no hacer nada.

El miedo no se va

Y eso es bueno, porque es una señal que estás saliendo de tu zona de confort, de lo que estás por hacer realmente importa. El secreto no está en eliminar el miedo ni rendirse ante él, sino en caminar con él sin dejar que marque el rumbo, desde tu centro, desde esa versión tuya que decide con estrategia, no con emoción.
No le des tus fichas al miedo. Escúchalo, aprende de él… y después, juega tu mano.

+ Seguir Leyendo

Artículos +

18+

Por favor verificá tu edad

Para navegar en este sitio web debes tener más de 18 años

SOY MENOR DE 18 AÑOS