Will Kassouf protagonizó uno de los incidentes más polémicos de la WSOP 2025.

Cuando parecía que nadie le iba a poder sacar el dudoso título a Martin Kabrhel , apareció Will Kassouf y se transformó en el jugador más odiado por el ambiente del poker. Sus habituales demoras, charlas irritantes y demás actitudes contrarias al juego generaron que sus colegas, los oficiales en los torneos y el público en general lo hayan votado con el 67% en una encuesta como el peor exponente en las mesas.

Se recuerda que el mes pasado en las WSOP de Las Vegas fue penalizado durante el Main Event y luego banneado. Vaya contradicción, el estadounidense es un buen jugador, que salió 33° en ese torneo por 300.000 dólares.

Hoy en el WPT Chipre, Kassouf habló por primera vez desde aquel incidente en forma de confesión y defensa de su persona ante PokerNews

Las confesiones de Wil Kassouf

«Hay dos caras de la moneda. No se trata de que yo sea un imbécil, un idiota, un pesado ni nada de eso, y me lo merezco todo. Si reaccioné así fue por cómo me trataban. No salía a odiar, reprender ni insultar a la gente en la mesa; solo reaccionaba a cómo me trataban todos los jugadores, el personal, los árbitros e incluso el director del Evento Principal», comenzó.

Sobre la penalidad, comentó: «Sin duda, podrían haberlo gestionado mucho mejor. Quizás me hubieran dado advertencias antes (penalizaciones de una o tres manos), pero no me dieron ninguna, ni de una ni de tres; me penalizaron una ronda al instante el Día 7, cuando tenía 10 ciegas grandes… Antes me habían puesto un reloj de tiempo de 10 segundos desde el Día 6, después del descanso para cenar, para el resto del torneo; eso fue lo que me dijeron, y tuve que luchar mucho para que me lo quitaran al final del Día 6 para empezar el Día 7«.

Se habló de que el comportamiento de Kassouf había sido generado por drogas. El se defendió: “Nada de drogas… Solo yo. Soy naturalmente energético. Quizás solo soy diferente. Puedo funcionar con dos horas de sueño”.

Kassouf, cuando fue penalizado en la WSOP.

Cuando se le preguntó cómo creía que lo percibían en el mundo del póquer, Kassouf dijo que era muy consciente de que tenía partidarios y detractores, e incluso lo comparó con el panorama político estadounidense actual, donde hay posiciones duras entre demócratas y republicanos.

“Creo que soy un poco como el Donald Trump del poker. Soy polémico, polarizador y caótico, pero digo lo que pienso y consigo resultados. Eso es lo fundamental, y eso es lo que cuenta, ¿no? Hay quien me quiere, quien me odia. A algunos les encantaría estar atado a mí por 250.000 dólares, y quienes no lo harían ni por dos millones. Ese es el efecto que tengo en la gente”.

Sobre su personalidad, Kassouf se defendió: «El hecho de que esté hablando en una mano crea un ambiente divertido. Estás aquí para jugar al poker en vivo, juegas ocho, nueve, diez horas al día, sentado con las mismas caras. Si todos se sentaran como locos con sus auriculares, sudaderas y gafas de sol puestas, sin decir nada durante unas 8 o 12 horas al día, como en el Evento Principal durante 12 horas, sería muy aburrido”.