Estudiar poker. Para muchos jugadores, esa simple idea ya representa un bloqueo. No es pereza: es una asociación negativa arraigada desde la infancia, donde “estudiar” era sinónimo de aburrimiento, obligación o fracaso.
Pero mejorar en poker no es cuestión de talento puro. La verdadera ventaja está en quien logra estudiar con constancia, aunque no guste. Y eso no se logra con fuerza de voluntad, sino con sistema.

Hay variados métodos de estudio, solamente debes elegir el que más te guste.
El problema no es estudiar: es cómo lo enfrentas
Uno de los errores más comunes es forzarse a estudiar de forma rígida: una hora diaria de teoría profunda, con tablas, rangos y conceptos técnicos que no terminan de cuajar. El resultado: frustración, procrastinación y culpa.
La clave está en cambiar la estrategia. En lugar de estudiar lo que “deberías”, empieza por lo que te gusta: ver una sesión live, revisar manos jugadas, escuchar una charla táctica mientras caminas. Aunque solo sean 15 minutos, si logras repetirlo cada día, estás construyendo un hábito.
Los pequeños pasos, cuando se sostienen en el tiempo, valen más que cualquier maratón de estudio aislada.
Existe un concepto clave: fricción. Es esa resistencia invisible que hace que postergues lo importante. Para eliminarla, debes diseñar un sistema simple:
-
Elige el momento del día con menos exigencia mental.
-
Prepara lo que vas a estudiar con antelación.
-
Reduce la duración al mínimo viable (10-15 minutos).
Lo importante no es cuánto estudias, sino que lo hagas todos los días, sin que tu cerebro lo sienta como castigo. Cuando logras hacerlo parte de tu rutina, aparece el refuerzo positivo: juegas mejor, tomas mejores decisiones, ganas confianza.
Y ahí es cuando estudiar deja de ser un problema. Se convierte en un impulso.
Estudiar poker sin sufrir
Si eres de los que no pueden grindar sin haber estudiado antes, no estás loco. Estás construyendo una identidad sólida como jugador.
No necesitas amar los libros ni los solvers. Solo necesitas encontrar el tipo de estudio que más disfrutas y repetirlo cada día. Con el tiempo, querrás ir más allá. Y sin darte cuenta, habrás creado un círculo virtuoso que te impulsa a mejorar sin esfuerzo aparente.
¿Odias estudiar poker? Quizás solo necesitas una nueva forma de empezar.
